viernes, 1 de abril de 2011

Contra la inmediatez

Participé el otro día en un concurso de micro-relatos para ganar un iPad.



Decía, participé en el concursito de microrrelatitos. ¿Se puede ser más cutre? Sí, se puede (siempre se puede): El concurso era por Twitter, así que tenías que escribir tu micro-relato como un ‘tweet’. Esto hacía que lo vieran todos tus seguidores en Twitter, pero bueno, esto es un poco chorrada porque yo no tengo seguidores, mi twitter es como un hijo deforme de mi Facebook. Han llegado unos cuántos amigos despistados que oyen hablar de Twitter, se hacen uno y unos días despues se olvidan de que lo tienen.

El concurso, por cierto, lo ganó un tweet que hablaba de eso mismo, de Twitter y de su condición de tweet. Otra vez, la academia finge modernidad utilizando twitter pero se muestran fascinados (utilizo el masculino, todos son hombres, normalmente viejos) por el canal. Gana quien utiliza twitter para decir que está utilizando twitter. Para acabar de hacerlo todo más lamentable, preseleccionaron lo que les envié, con lo que su página web se suma a una extraña y vergonzosa lista de lugares en los que aparece mi nombre.



Eh, ¿por qué decía todo esto? Ah sí. Por twitter, facebook y todo eso. Me he descubierto a mí mismo diciendo sobre alguien: “¿Le pasará algo? le he mandado un mensaje por facebook esta mañana y todavía no me ha contestado” ¡Eran las dos del mediodía! Estamos llegando a unos ritmos de interacción que no puedo aguantar. De hecho, muchas veces no puedo colgar una canción en el muro de mi Facebook porque pienso “joder, todavía no he contestado a este, esta y este otro, tengo que fingir que todavía no me he conectado”. Y eso me pasa a mí, que soy un don nadie, no quiero pensar si fuera alguien importante.



Eso me recuerda...




Todo el mundo se queja de que sus amigos están todo el día enganchados a cualquier máquina que pueda decirle al resto del mundo lo que estás haciendo. A mí me da igual. Yo quiero dejar de estar enganchado yo. Al menos que pare de ser una obligación.

“Eh, mi miensaje de whatsapp que te envié ya tiene 2 vistos eh”

“Oye, te escribí en facebook y no me contestaste”

Además, esto me hace perder mucho tiempo en cosas que no son para nada útiles.






FIGHT BLOG es un blog creado por las nuevas generaciones blogueras, que se exponen para que les insulten. Van ahí y dicen “Ah, no podrás vencerme, tus insultos me hacen más fuerte” y un montón de anónimos se tienen que meter con sus madres. Lo más inquietante es que la gente va y les insulta, todo el mundo parece participar del juego con normalidad. Digo que es inquietante porque los creadores parecen pertenecer a un “perfil alto”, no son tontos, parece que leen mucho o al menos citan a muchos autores (más de los que toca, pero eso es normal cuando eres joven porque los adultos son unos capullos y les menospreciarían si no lo hicieran) pero después hacen estas chorradas. No los critico, seguro que son buena gente que va al cine y se lava los dientes, amigos de sus amigos, pero joder, vaya puta mierda.

Esto me lleva a otra cosa: decir que las cosas son una mierda. ¿Ya no se puede? El nuevo hype de la narrativa yanki acaba de salir y en los medios de comunicación ya dicen que es un genio. Si no lo dices, estás perdido: he visto a un crítico pedir disculpas hasta cuatro veces en la página de Facebook de la editorial que lo ha publicado por haber hecho una mala crítica. Se fustigaba arrepentido. Se le acusaba de hacer una crítica negativa por alguna razón oculta. ¿Nos estamos volviendo conspiranoicos? ¿Una crítica negativa esconde un interés oculto? ¿No pueden no gustarnos las cosas? ¿O quizá significa eso que una crítica positiva también esconde algún interés oculto?

Aquí va un extracto de un dossier de tarifas de publicidad de una publicación:



(piensa en esta página cada vez que un moderno te mire por encima de las gafas con las cejas muy levantadas y te diga "¿De verdad no te gusta Gustave And The Stoves, pero si es disco del mes en ***** ******")






Nosotros, como no cobramos de nadie, seguimos escribiendo posts emos de nuestras crisis existenciales y rajando de todo el mundo cuando nos apetece. No os preocupéis, estamos total y absolutamente en venta. El día que queráis una buena opinión de nuestra parte sobre cualquier cosa (un disco, un jamón, un libro, una boda) sólo tenéis que pedirla (pagarla).



6 comentarios:

Carlos dijo...

Joder macho, me das una alegría publicando justo ahora. Tengo que irme a Barcelona mañana a primera hora y estoy en el limbo previaje, en el que todavía no tengo nada hecho a falta de 5 horas para salir pitando. Procrastinación total. Y esta entrada me ha molado. Un día te invitaré a una cerveza -que por cierto, no me gustan- porque este blog tuyo genera las entradas más esperadas del reader.

A más ver!

Anónimo dijo...

Flipa con el si bemol.

Anónimo dijo...

seguro que ya tienes el ipad, canalla

Anónimo dijo...

Que grande eres canalla, como necesitaba reirme esta manyana.

Lo has hecho, mucho.

Gracias, un saludo.

Danilo T. Brown dijo...

la mierda gratis es siempre la mejor mierda.
No te conocía. Es la primera vez que me pringo en tu blog y no será la última.
Quiero mierdaaaaaaa :)

Un saludo.

Anónimo dijo...

No sé qué podría decirte para que te sintieras superhalgado...algo así como para tener una erección pero sin ser algo sexual.. De sentirte muy bien y eso. Molas. Molas todo.