sábado, 18 de diciembre de 2010

Ciudadanos del mundo

Hacía tiempo que estaba logrando separar mi vida y mis conversaciones de la gente que no me cae bien. Higiene mental. Últimamente intento ir a sitios y llamar solo a los amigos y ver solo a la gente que sé que no me molestarán con ciertas cosas, con ciertas ideas, con ciertos discursos... Pero el otro día caí.

Estaba tomando algo con una amiga en el bar Nus (¡ultralocalismo, ultralocalismo!) que como sabrá la gente que haya estado (un porcentaje casi infinitamente ínfimo de la población mundial) hay una parte de abajo y una parte de arriba (también hay una especie de parte de más abajo, pero no cuenta).

El caso es que nosotros estábamos en la parte de arriba, y que fue desde ahí desde donde vi a un personaje sentado en la barra que me llamó la atención. El tío se había pedido un cacaolat y estaba leyendo un libro muy grueso, llevaba unas gafas muy grandes y aguantaba cigarrillos marlboro con la mano derecha.



Nosotros seguimos con nuestras conversaciones y tal, pero cuando ya nos íbamos y fuimos a la barra para pagar no pude resistirme a preguntar al individuo qué es lo que estaba leyendo. Dio la vuelta al libro (en aquel momento no leía, porque solo pensaba mientras aguantaba el cigarrillo) y vi que estaba escrito en una especie de alemán.



El tipo precisó que el libro era en holandés y que él era de Bégica, así que mientras esperábamos que el camarero nos devolviera el cambio empezamos a hablar de esas cosas que se hablan en esos casos.


¿Se entienden las palabras?

Le hice algunas preguntas de lo que hacía en Barcelona, y entendí que estaba trabajando en una multinacional de estas que se ponen en Barcelona para que todos los flipados que les encanta "la vida de Barcelona" trabajen cobrando mucho menos de lo que cobrarían en Alemania o Inglaterra.

Después me dijo que se quería ir a Australia, y yo le animé a ello. Me dijo, pero, que lo que no le gustaba nada eran las complicaciones para hacerse con el visado y todo eso, las dificultades que ponen los estados para moverse e irse a vivir de un sitio a otro.

Yo me lo miraba y decía: Claro, claro.

Y es que los aviones tendrían que ser gratis, no?

Claro, claro.

Vaya escoria.

Oye, y tu crees en el derecho a la felicidad, ¿no?



Iros a tomar por el culo, hombre.

10 comentarios:

c. dijo...

guau!

Roj. I. dijo...

:O

!!!

Anónimo dijo...

No se de donde has salido pero soy fan ipsofacto, te sigo con dedicacion!

ilikeit dijo...

pues anoche el tío estaba con su libro del fürer sentado en la barra, pero con una birra, es clar, los sábados puede.

Anónimo dijo...

HARMONIA?!
Argh, mis HOJOS! xD

Anónimo dijo...

un punto menos

Anónimo dijo...

bueno no es algo que se pueda afirmar tan alegremente y mucho menos corregir. la raíz griega es una cosa, pero el latín le puso una H y están ambas aceptadas, aunque se recomienda sin H, pero en ningún caso es incorrecto.

Anónimo dijo...

donde le ves la gracia, coliflor? Era necesario enviarlo a tomar por culo?...

Anónimo dijo...

Anónimo, que te caes de lepra

Anónimo dijo...

Aber wer hat das Buch geschrieben, Philip oder Joseph? Immer dieselbe Konfusion. Flämische...