Ser dictador es todo un arte. Claro, cuando hay una revuelta y la gente sale a la calle y pegan zapatazos a tus retratos, pues todo el mundo dice que eres malo.
Pero normalmente no es así. Normalmente a la gente le da igual si eres un dictador o no, porque lo más importante no es esto. ¿Qué importa si masacras o no masacras a la gente? ¿Qué pasa con las libertades? Eso de la libertad es un gran mito.
Es como los trending topics de twitter, que duran lo que duran. ¿Ahora toca que los países árabes de vuelvan demócratas? Pues muy bien. Yo les tiro bombas y digo que son unos jóvenes drogatas. Está todo en El Príncipe de Maquiavelo.
Todo esto son modas, pero ya cambiará. Los chinos están dando por el culo a todos aquellos que decían que las democracias son mejores que las dictaduras. Yo no diré que los dictadores hagamos lo bueno para el pueblo, nadie lo hace. Nosotros hacemos lo que hacemos todos. Quedas con tus amigos, haces negocios, vas con mujeres... Lo básico, vaya. Siempre según tu nivel adquisitivo.
Cuando me encuentro con otros dictadores en alguna de nuestras fiestas o reuniones, siempre sale el tema de quien roba más a su país. Que si yo el 30 por ciento, que si yo el 60, que si yo el 80 (joder, muy bien, tío, muy bien)... Siempre hacemos bromas con los demócratas y sus ridículos 1 o 2 por ciento, si es que llegan.
No hay buenos y malos, sino fuertes y débiles. El de Tunisia era un flojo. El de Egipto era un flojo. Yo tengo más mentalidad de ganador. Pensad que en mi país el 95% del territorio es un puto desierto. Estoy acostumbrado a todo.
Y si me liquidan, pues adiós. Nada es eterno, como decía... No me acuerdo.
1 comentario:
ahhahhaaa
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